Fabricar para los mercados mundiales no es tarea fácil. Cada vez son más las empresas que tienen fábricas en China y en la región de Asia-Pacífico. Y para muchas, es una lucha continua por mantenerse en contacto.
Las empresas suelen utilizar software de planificación de recursos empresariales (ERP), alojado en servidores locales o en la nube. Sin embargo, una configuración e infraestructura de conectividad deficiente les impide aprovechar todas las capacidades de estas soluciones. En el nivel más básico, los cortes de tiempo y la falta de ancho de banda impiden que su software de ERP conecte correctamente a sus equipos.
En lugar de gestionar los pedidos realizados en Europa de forma eficiente a través de la solución ERP, dependen de los correos electrónicos y las llamadas telefónicas sin seguimiento al centro de fabricación. Y cuando las deficiencias de los sistemas implican que el sistema ERP no se actualiza con regularidad, el equipo financiero y los gestores de proyectos que supervisan las facturas y los costes no tienen plena visibilidad ni control del proceso.